El afamado científico alemán de origen judío Albert Einstein expresó que «no se pretenda que las cosas cambien, si siempre se hace lo mismo. La crisis es la mejor bendición que le puede suceder a personas y a países, porque las crisis traen progresos”.
“La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias”.
“Quien supera la crisis, se supera a sí mismo. La única crisis amenazadora, es la tragedia de no querer luchar por superarla. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia”.
“Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones”.
Lo expresado en el pasado siglo XX por el señalado científico Einstein, se aplica con muchos detalles fehacientes en la actual administración del Estado dominicano, en la cual desde sus inicios ha demostrado que ha sabido poner en práctica el significado de la resiliencia, que, como el ave Fénix, desde las cenizas ha podido levantar vuelo exitosamente.
Muestra de ello, es la casi regularización de la economía y finanzas públicas dominicanas, solo basta con analizar los guarismos que hoy se manejan, los cuales exhiben una situación que mes a mes las variables económicas indican que el país se encamina hacia un crecimiento y desarrollo económico y social de forma sostenida.
Se recuerda, que debido a la crítica situación de salubridad que vivía la humanidad como consecuencia de la pandemia, Covid-19, durante el lapso 2020 y 2022 y, desde hace más de un año la guerra Rusia-Ucrania y sus impactos negativos en la economía y finanzas dominicanas.
El Banco Central de la República Dominicana, ante esa situación tuvo que aplicar primero una política monetaria muy laxa, a los fines de aumentar el circulante en combinación con la política fiscal que gestiona el Ministerio de Hacienda, caracterizada por un aumento del gasto social y el constreñimiento del gasto de capital.
Ambas política; monetaria y fiscal alineadas en la consecución de mantener la economía viva y para que la población pudiesen mantener el nivel de demanda que garantizara seguir produciendo mínimamente.
Mejorada lentamente la demanda interna y externa, el aumento sostenido de los precios a nivel internacional repercutiendo de forma directa en los mercados dominicanos, situación que llevó a la banca central de Estados Unidos y la de muchos países, entre ellas, la banca central de la República Dominicana, a incrementar gradualmente los tipos de interés, con el propósito de contrarrestar la inflación, la que se había colocado en 9.5%.
Esta situación fue mejorando, en la medida de que a nivel internacional fue cayendo dicha tasa de los niveles de precios hasta colocarse en los Estados Unidos al doble de la meta de su inflación del 2% y en el lar nativo a casi su meta de inflación 4%+-1%.
Lo anterior dio lugar a que la banca central del país del norte de América como la de la nación dominicana, disminuyeran las tasas de interés de política monetaria que de 8.50% fue llevada a 8% y la semana pasada a 7.75% anual.
Se colige de estas últimas acciones de la Junta Monetaria del Banco Central de la República Dominicana, que a medida que han mejorado los niveles de inflación, la entidad emisora del país busca reactivar la economía a través de una mayor liquidez en los mercados, de ahí que haya flexibilizado el encaje legal en RD$119,000 millones, a tasa de un 9% anual.
Si bien es cierto que ha mejorado la situación económica internacional, no menos cierto es que la interna también pero no por arte de magia, sino por la capacidad de resiliencia de las actuales autoridades, que día a día mantienen su capacidad de creación.
También mucho trabajo pensando en el bien común, administrando los exiguos recursos con mucha frugalidad, con un sentido de amor al prójimo y enfrentando con valentía, las distintas situaciones difíciles que se presentan, sin bajar la cabeza, sin lamentaciones, el presidente Abinader conduce el país por los senderos de recuperar su potencial económico a través con gran poder de Dios y la competencia resiliente.
